Un retiro para desacelerar y escuchar — al cuerpo, a la tierra y al ritmo suave de la estación.
Movimiento · Quietud · Conexión con la naturaleza
El equinoccio de otoño marca un umbral: un momento de equilibrio entre la luz y la oscuridad, y un punto de inflexión que nos lleva desde la actividad expansiva del verano hacia la llamada interior del invierno.
Así como los árboles sueltan sus hojas para nutrir el suelo del bosque y las flores se transforman en semillas, nosotros también estamos invitados a seguir los ritmos de la naturaleza: reflexionar sobre lo que hemos cosechado, soltar lo que ya está listo para irse y plantar en silencio lo que quizá eche raíces en los meses más oscuros que vienen.
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