Ashtanga Yoga es una práctica dinámica basada en una secuencia fija de posturas que, con la repetición diaria, se convierte en una meditación en movimiento. Esta práctica desarrolla fuerza física, mejora la flexibilidad y fomenta la concentración.

La naturaleza repetitiva de Ashtanga Yoga permite a los practicantes familiarizarse con cada postura, lo que facilita el perfeccionamiento de la alineación y el enfoque en la respiración, elementos clave para profundizar en la práctica. Con el tiempo, la secuencia se convierte en una rutina que desafía tanto el cuerpo como la mente, promoviendo una mayor autodisciplina.

Jivamukti Yoga es una práctica dinámica que va más allá del ejercicio físico, integrando elementos espirituales y filosóficos en una experiencia profundamente enriquecedora. Esta práctica fluida y enérgica combina asanas vigorosas con el canto de mantras y pranayama (ejercicios de respiración), creando un flujo armonioso que conecta cuerpo, mente y espíritu.

El enfoque de Jivamukti Yoga es tanto físico como espiritual, ofreciendo una vía para el autoconocimiento y la transformación personal. Invita a la reflexión, el crecimiento personal y la conexión con algo más grande que uno mismo, todo mientras se desarrolla la fuerza física y se mejora la salud general. La práctica se centra en los «cinco principios»: ahimsa (no violencia), bhakti (devoción), nada (sonido), dhyana (meditación) y shastra (estudio de textos sagrados).

Es ideal para aquellos que buscan una práctica que sea tanto desafiante como significativa, ofreciendo una oportunidad para explorar las dimensiones más profundas del yoga. Esta práctica única te llevará a un viaje de autodescubrimiento y crecimiento espiritual, guiándote hacia una vida más plena y consciente.

Esta clase de Vinyasa, inspirada en prácticas somáticas, ofrece una experiencia que va más allá de las posturas tradicionales de yoga, al combinar ejercicios de movilidad diseñados para fortalecer, abrir y suavizar el cuerpo. El enfoque principal está en la sensación interna del movimiento, permitiendo que cada postura se experimente desde el interior, en lugar de forzar al cuerpo a ajustarse a una forma externa idealizada.

Lo que distingue esta clase es la integración de momentos de improvisación dentro de las posturas. Estos espacios fomentan una mayor autoescucha y conexión con las verdaderas necesidades del cuerpo en ese momento, creando un flujo natural y personalizado.

Este enfoque fomenta una práctica más intuitiva, donde cada persona puede explorar su movimiento sin expectativas rígidas. Esta conexión interna no solo transforma nuestra relación con el cuerpo, sino que también tiene el potencial de cambiar cómo nos movemos y nos presentamos en el mundo.

Esta clase ofrece una secuencia dinámica que purifica cuerpo y mente, facilitando la conexión con nuestra esencia y un acceso profundo a nuestro ser interior, donde reside la sabiduría interna.

Es una práctica integral que incluye pranayama, meditación, canto de mantras y el estudio de los textos fundamentales del Yoga, lo que brinda una comprensión más profunda de la filosofía detrás de la práctica y cómo aplicarla en la vida diaria.

Inspirada en los principios del taoísmo y de la medicina tradicional china, Yin Yoga trabaja con los meridianos energéticos del cuerpo para equilibrar el flujo de chi (energía vital) y promover el bienestar integral. Se enfoca en estirar profundamente el cuerpo y trabajar en los tejidos conectivos fasciales, ofreciendo un equilibrio perfecto para las prácticas más dinámicas y energéticas del estilo Yang.

Durante una clase de Yin, las posturas se realizan en el suelo y se mantienen entre 3 y 5 minutos, lo que permite trabajar profundamente en las articulaciones y los ligamentos, y al mismo tiempo, relajar y suavizar los músculos.

Yin Yoga es profundamente terapéutico, ideal para personas muy activas y practicantes regulares de yoga, así como para cualquiera que busque liberar la tensión y la rigidez en su cuerpo.